TOQUES DE TEMPESTAD
I
Con
las primeras sombras de noche,
sin
luna,
comenzaron
los toques de tempestad.
II
Según
el badajo,
la
forma de cómo fue colgado,
la
pureza del cobre,
la
altitud del campanario,
la
aptitud del campanero,
la
velocidad del viento,
lo
frondoso de la selva,
en
algún sitio callada;
las
montañas que cercan,
la
colina que agranda,
el
río que se interpone,
la
elección de una esquina,
lo
undoso y profundo del mar,
aledaño;
la
madera con su soporte,
las
láminas en la techumbre,
la
redondez de las ventanas,
los
ruidos de cada pueblo,
se
hacen los toques de tempestad.
III
Cada
toque es el mundo,
humedecido
y llameante,
que
llega sin haber llegado,
nunca;
los
toques allí son timbres,
vibraciones
uncidas a las patas de una escarpada fraga,
contra
el monte maniatada.
Inventándose
a sí mismos,
son
bueyes,
hasta
los cascos tapizados de estrellas son bueyes;
ojos
de buey son en los cuales,
todo
lo que pasa queda,
todo
lo que queda es visaje,
indeleble
sobre espinoso cierre,
de
tagua (1) salvaje;
ojos
cabalgando en lengua mojada,
lengua
de fractal que besa,
mata,
toda
cosa y renace,
en
punta de lengua encarnada,
renace.
En
lo próximo de un nuevo toque sopla,
tormenta,
nieve,
granizo,
sopla
primero,
último,
intermedio,
discontinuo
sobre un candil incierto sopla,
incierto
en altar sombrío,
en
el cual,
temblequeante
arde amarilla yema,
cuando
el tiempo es eléison,
es
suplicante queja en kirie,
(señor
ten piedad,
adonay,
kyrios,
dómine,
rabbi,
cristo
ten piedad de nosotros).
Toque
abriéndose paso,
diminuto,
reducido
a menos algo,
fractal
en ventana orlada,
de
tonsura y oval orlada,
laberíntico
en pelo dorado,
toque
ya fuera,
ya
dentro,
que
el oído de bebito inaugura,
recién
nacido.
IV
Cada
toque es una línea,
una
línea en inconcluso juego de letras,
donde
la vida,
de
la muñeca inhábil se sirve,
de
alguno,
e
inventa signos,
señales
irreconocibles,
en
la ríspida “manito”,
abierta,
de
aquel bebito,
recién
nacido,
que
llora,
grita.
(1)marfil
vegetal
hermosa poesía... cuando el mundo llega... sin haber llegado nunca. Un gran abrazo
ResponderEliminarCuanto placer al haberte reconquistado Ró. Te quiero mucho
Eliminarxavier
magistral, Xabier...y no deja de asombrarme!
ResponderEliminartodo el fragmento de los bueyes...es impactante...
abrazo! seguiré por acá!
Gracias!
laura verónica